sábado, 8 de febrero de 2014

50 cosas sobre mí (primera parte)

Mi querida Inma, dueña y señora de Queenland, ha propuesto que participemos en el tag de "50 cosas sobre mí". Creo que es interesante conocernos todos un poco mejor así que he decidido tirarme a la piscina y lo haré en dos tandas porque creo que soy incapaz de pensar 50 de golpe. La neurona no me da para tanto. Y también dudo que alguien pueda leerlas del tirón sin morir.

Let's go!

No podría vivir sin música, es parte de mí desde que recuerdo. Escucho prácticamente de todo desde música clásica a electrónica pero el metal es lo que hace que me sienta yo de verdad, lo que escucho cuando necesito desconectar, llenar vacíos mentales y pensar, o simplemente cuando necesito una dosis extra de energía.

Me gusta muchísimo la ópera y si me lo pudiera permitir, iría a ver muchas de las obras que se representan en el Liceu. No soy una entendida en absoluto pero me fascina la belleza de esas voces, lo que transmiten, me llega dentro muy dentro y me emociona como pocas cosas.

No soy una persona fácil. Tengo un carácter fuerte y soy bastante cabezona cuando quiero. No me dejo cuidar fácilmente, soy de yopuedosolaynonecesitoayudadenadie. Quien consiga la clave para no alterarse ante mis alteraciones, tendrá la llave para entrar al resto de mí. Privilegios de la vida.



No me gusta comer, como porque hay que hacerlo y lo hago lo más rápido que puedo normalmente. Sé apreciar la comida y puedo disfrutar (y mucho) comiendo según qué cosas pero no va más allá. Si hubiera alguna forma de sólo beber y sobrevivir, sería inmensamente feliz. Es una pérdida de tiempo y la vida es corta.

Soy de emociones y pasiones más que cerebral. Cuando siento algo es con todo mi ser y me entrego por completo sea un libro, una traducción una afición o una persona. Eso sí, cuando huelo el peligro, cuando hay presión o algún factor externo amenazando mi calma, me convierto en una máquina de buscar opciones, tomar decisiones y valorar hasta el más minimo de los detalles.

Analizo todo, hago lo que yo llamo disecciones tanto de mí misma como de las personas que me rodean. Me gusta saber el porqué de todo, me gusta tener toda la información que pueda cuando algo o alguien me interesa de verdad. Tengo buena intuición y soy paciente (para esto al menos) así que suelo conseguirlo.



Me gusta la poesía, la busco, la escribo y la necesito de alguna forma. Y me encanta que me descubran nuevos poetas y leer lo que escriben buenos amigos a los que admiro. Creo que la poesía contemporánea tiene mucho que ofrecerme y que enseñarme.

Mi sentido del humor es un tanto especial. No es fácil hacerme reír y la mayoría de cosas que a la gente le hacen muchísima gracia me suelen parecer una estupidez que no comprendo. Luego de repente algo que a nadie le hace gracia puede tenerme un buen rato riendo sin parar.

Soy muy independiente y necesito que respeten esa independencia o me siento encerrada y me bloqueo. Esto va ligado a veces al yopuedosolaynonecesitoayudadenadie, claro.

Últimamente me han dicho muchas veces que soy fuerte y valiente. Yo no me considero ni una cosa ni la otra. Todo es cuestión de que querer, de pasión. Cuando quiero algo voy a por ello con todas mis fuerzas, si me dan golpes me recupero rápido y me vuelvo a levantar, si de verdad quiero no dejo de luchar nunca.



Igual que Inma, necesito la luz del sol, me hace feliz, me da energía, me hace sonreír. Me gustan los días de lluvia pero para quedarme en casa acurrucada en el sofá con un té calentito leyendo un buen libro. Muchos días grises seguidos acaban con mi ánimo de un plumazo.

Nunca suelo tener suficiente. Siempre quiero más y más y soy consciente de que puede ser agotador para los que me rodean. No sé si es inconformismo o perfeccionismo pero ahí está.

Y hablando de perfeccionismo. Es una maldita enfermedad, esto. Y va ligado a la exigencia. La primera en pasar por el filtro soy yo, conmigo soy más dura que con nadie, pero luego va todo lo demás. Llega al extremo de que si no sé que puedo hacer algo a la perfección (según mi criterio, claro) no lo hago y si creo que hay que hacer algo y necesito que esté perfecto (de nuevo, según mi criterio) prefiero hacerlo yo.

La Navidad me la repampinfla bastante. Todo el mundo me dice que cuando tenga hijos eso cambiará y esas cosas pero de momento, no me gusta nada. Gastar dinero sin parar, comer sin parar, sonreír quieras o no, tener que ser feliz porque "es lo que toca"... no, no, no.



Me gusta el cine pero no me suelen gustar las pelis comerciales. No soy una entendida, me gusta porque me gusta y ya. Me gustan las películas que hacen que mi vida no sea igual cuando acabe de verlas, que toquen alguna fibra sea para hacerme reír o llorar o pensar... Y me gustan las bandas sonoras.

La energía de la gente me afecta directamente, sobre todo la negativa. Con los años he aprendido a crear un escudo, al menos con la gente que me da igual o que tengo sentada delante en el metro. Pero si es alguien que me importa me cuesta muchísimo y no suelo conseguir evitar caer... o volar.

En mi corazón hay tres lugares que yo llamo "casa": Kyoto, Burdeos y Barcelona. En cualquiera de ellos viviría y a cualquiera de ellos huiría (y huyo) cuando lo necesitara.

De la misma forma, hay cinco lenguas en las que pienso, leo, escribo y desde (y a las) que traduzco. Y serían más si las que tengo a medias las acabara dominando algún día. Tengo que hacer verdaderos esfuerzos para hablar sólo en una a la vez sin meter cosas que simplemente me vienen a la cabeza en otras cuando hablo con alguien. Aunque cada vez lo hago mejor :p




Siento una irremediable atracción por los pelirrojos y pelirrojas. Me pasa desde siempre. Poco más que añadir pero eso explica la cara que puedo poner si estás conmigo y veo a uno de estos seres "mágicos".

Soy más tradicional de lo que creía y de lo que a simple vista puedo parecer. Cada día me sorprendo con algo nuevo y es que la educación que uno recibe, marca. Puedes cambiar o mejorar cosas pero hay una base fuerte que está ahí y que necesita expresarse.

No me gusta San Valentín, para mí eso o es cada día o no es. Eso sí, el día de Sant Jordi quiero mi rosa Y mi libro. ¿Incoherente? Tal vez.

Mi mayor vicio son las palabras, eso ya lo dije hace poco. Y también mi pasión. Y mi perdición. Leer, escribir y hablar. El trío inseparable que me constituye como persona. Mi pasión por los idiomas y por mi profesión está ligada absolutamente a este hecho.




Me encantan los tatuajes y me haría muchos más si no fuera una miedica con el dolor. Hay uno en concreto que si pudiera me lo haría mañana aunque se me cayeran las lágrimas.

Considero que el cuerpo es lo que nos envuelve, la herramienta que nos permite comunicarnos y demostrar todo lo que hay en nuestro interior. Y el interior es lo importante pero sin el exterior no somos nada. Respecto al cuerpo no admito límites y necesito sentirme libre dentro y a través de él.   

Me gusta mucho hacer cosas con las manos y ahora que está tan de moda todo lo "handmade" sería el momento perfecto para aprender miles de cosas que me atraen desde hace mucho. Ahora sólo faltaría poder llevarlo a cabo.


Y si a estas alturas no habéis muerto ni estáis pensando en retirarme la palabra, os doy las gracias por haber querido conocerme un poco mejor, sirva o no de algo, a mí sí me ha servido. Pronto, la segunda parte.


photo credits:
Cross Duck via photopin cc
Anya Sergeeva via photopin cc
Khánh Hmoong via photopin cc
Bert Kaufmann via photopin cc
Colby Stopa via photopin cc

1 comentario:

  1. Yo tampoco soy de San Valentín pero sí de Sant Jordi. Y conozco bastanta gente que tambiénn. Somos unos incoherentes!! :) ( no)

    ResponderEliminar