50 cosas sobre mí (segunda parte)

Muchas gracias a todos y todas los que habéis leído la primera parte de esta propuesta que inició mi amiga Inma en su blog Queenland. Ya he visto que no he sido la única en animarme y me alegro porque me encanta conoceros mejor a todos.

Al escribir la primera parte me di cuenta de lo difícil que es decir cosas de verdad, cosas que normalmente no digo entre las que ya mucha gente sabe y que forman parte de mí pero es muy útil analizarse un poco y ver qué hay ahí dentro ;)

Sin más dilación, la segunda parte del reto.

Mi papi y yo

La fotografía es una de mis pasiones desde peque gracias a mi padre que compartió la suya conmigo, me regaló mi primera réflex, me llevó a cursos y escapadas para practicar. Me gusta tanto ver fotos como hacerlas aunque desde que tengo el iphone la cámara la cojo menos :p

Me gustan mucho las bodas, las bodas diferentes, personalizadas, pequeñas, sencillas pero cuidadas. Entré en este mundo a través de la fotografía, me pasaba horas viendo fotos y pensando en los puntos comunes entre ellas y acabé escribiendo para Bodas.net gracias a mi amiga Karen. Luego surgió la posibilidad de colaborar en Tendencias de Bodas... y esto ya no hay quien lo pare.

Soy aficionada a hacer listas para todo. Cuando tengo muchas cosas que hacer, de cosas que quiero, cuando me voy de viaje, libros, canciones, series, pelis... Y me encanta tachar esas cosas de la lista cuando las consigo, cuando las termino o cuando haga lo que tenga que hacer con ellas.

Hace años era mucho más cariñosa físicamente, necesitaba tocar y lo buscaba. Cuando llegué a Japón me impactó el cero contacto entre la gente, lo comprendí, lo adopté... y ahora soy un híbrido entre lo que era y lo que aprendí a ser. Selecciono con cuidado las personas, los momentos... Pero si salto la barrera que nos separa, ya no vuelvo atrás.

Creo que los cambios siempre son para mejorar aunque el principio del cambio suela ser traumático. Una vez pasado el impacto, empiezo a buscar el porqué y de ahí el camino para seguir adelante aprovechando lo aprendido.

La muerte de mi padre, inesperada y repentina, cambió mi vida tanto y en tantos sentidos que casi seis años después sigo intentando asimilarlo todo. Tuve que reaccionar y actuar, no pude llorar o lamentarme lo que necesitaba, no pude pensar en lo que significaba, sólo podía seguir dando pasos hacia adelante. Ahora por fin, de vez en cuando, puedo llorarle tranquila.

Creo que hay pocas cosas en la vida que me gusten más que aprender. No dejo de hacerlo y espero no dejar de hacerlo nunca. Aprender de todo y de todo el mundo que pasa por mi vida, aprender de lo que me rodea y aprender de lo que quiero aprender. Y así, sin parar. No quiero parar.

Me gusta más lo salado que lo dulce. Nunca suelo pedir postre en un restaurante, jamás le echo azúcar al té ni a las infusiones y le echo la justa al café. Pero me flipan los donuts.

Tengo miedo a la pérdida. La pérdida de cosas, de personas, de sentimientos, de emociones... Temo perderme a mí misma (una vez más).

Me gusta decirle a las personas que quiero que les quiero. Intento hacerlo tan a menudo como puedo porque me consta que a veces ya no hay "luego" ni "mañana", ni nada.

Soy incapaz de ver una peli, una serie o leer un libro sin corregir, sin pensar en si está bien dicho, si dicen lo que tienen que decir, si, si, si... No es que lo piense conscientemente, me salta la alarma y tengo que decirlo. Deformación profesional, perfeccionismo, ambas... 

Me encanta bailar, sobre todo si estoy sola y puedo hacer lo que me pida el cuerpo. De pequeña quería hacer ballet pero me sentía gorda comparada con mi hermana y nunca me atreví a decirlo. De mayor he querido hacer cosas pero mis complejos me detienen siempre.

Me gustan mucho los cítricos, tanto para comer como para beber, pero sobre todo para beber. Los futos rojos son otro de mis sabores preferidos. Y el caramelo, la vainilla y la canela.

Para beber a todas horas elegiría un Ribena light. Viviría en Londres sólo por eso. También me encanta la Dr. Pepper aunque el gas ya no me guste tanto. No puedo vivir sin beber mucha, mucha agua. A veces me han acusado de tener ranas en la barriga y cosas del estilo ¬¬

Durante toda la EGB hice patinaje artístico sobre ruedas y para mí ponerme unos patines es como darme alas, me siento libre. Tengo la misma sensación esquiando. Ambas cosas he dejado de hacerlas con los años y por las circunstacias y me gustaría recuperar estas aficiones algún día.

Siempre me pongo en lo peor. Siempre. Prefiero asimilar lo malo y alegrarme luego el doble si es bueno. Eso hace que a veces me preocupe excesivamente hasta el punto de la paranoia. Sí, sí, paranoia pura.

La moda me da bastante igual. Me gusta vestirme con ropa cómoda y sentirme guapa o al menos, sentirme bien. Me encantan las blusas y los vestidos y los leggins con camisetas no demasiado largas. Prefiero los tacones a los zapatos planos y las botas a las bambas.

Soy MUY maniática con los olores. Soy de abrir ventanas aunque haga frío y renovar el aire, cocinar con la puerta del balcón abierta y el estractor a tope, oler la ropa antes de ponérmela aunque esté limpia y querer ducharme cada vez que cocino según qué. Si tengo que estar en un sitio donde el olor es insoportable o se sienta a mi lado alguien que huele mal (o lo que para mí es mal), lo paso muy mal e intento irme lo antes posible. Eso sí, lo que huele bien me atrae de la misma forma que lo que huele mal me repele.

Nunca me ha gustado jugar (y no me gusta) pero hace 9 años me aficióne a las Blythe (cuando nadie las conocía), de ahí a las BJD, y con ellas sigo. Es una afición que me ha aportado mucho a todos los niveles y aunque a veces la dejo de lado porque es algo cara de mantener como a mí me gusta, siempre la tengo en mente.

Como a cierta amiga valenciana, lo de procrastinar me encanta y lo de ponerme al límite también. De hecho soy más eficiente cuando la dead line está cerca o cuando algo, como todo en el mundo de la traducción, es para ayer. Bajo presión soy una máquina de precisión (rodolí!!).

Me gusta tener siempre algo encima en lo que apuntar cualquier cosa que merezca la pena ser recordada. Un verso para un futuro poema, una frase, la letra de una canción, una idea... con el móvil mi vida es más fácil pero antes siempre llevaba una libretita o la agenda y un bolígrafo en el bolso.

Soy adicta a la información, necesito saber. Eso me convierte en adicta al móvil, al ipad y a internet. De todas las redes sociales me quedo sin duda con Twitter e Instagram, sobre todo con la primera, no puedo vivir sin esos 140 caracteres de ida y vuelta.

Me encanta ayudar y enseñar. No me importaría nada de nada ser profesora y probablemente elegiría educación especial o infantil. Me gusta explicar cosas, hacerme entender y para eso también tengo paciencia, es curioso. También me iría a un país que me cueste situar en el mapa a hacer lo que pudiera, tengo alma de misionera o algo así. Pero sin religión de por medio.

Cuando digo algo es porque lo pienso y nunca adorno la realidad. La gente a veces se se cree que halago gratuitamente pero no se dan cuenta de que cuando algo me atrae, sobre todo la belleza, no me puedo quedar sin decir nada. Si hablo es para decir la verdad, sino me callo. También digo lo malo, esa es la parte que tal vez no guste tanto. Pero si quieres lo bueno, tienes que aceptar lo malo.

Hace unos cuantos años no quería ser madre. Ahora ya hace otros pocos que mi reloj biológico decidió despertar de repente y empezar a sonar como un maldito poseso. No me deja vivir el muy... Quiero, deseo y podría decir que hasta necesito ser madre con todas mis fuerzas. De momento no ha podido ser pero no pierdo la esperanza de que eso cambie. O al menos no la pierdo todos los días, que ya es algo.



Créditos:
Juliana Coutinho via photopin cc
mio-spr via photopin cc
koalazymonkey via photopin cc